No saben cómo suena
tu voz después de despertar, ni
tu mirada cuando me ves despertar.
Nadie sabe cómo suena la cama cuando los dos bailamos un compás,
ni cómo suena tu sonrisa cuando me ves después de meses.
No le encontraba sentido a mis palabras hasta que tú las desnudaste.
Porque aún hablando el mismo idioma no nos entendemos, y
porque cada vez que te veo es imposible no sonreír, y
porque aún sabiendo que te vas, sé que tarde o temprano, volverás,
porque cada vez que tienes que irte, un trocito de ti, se queda aquí, y
porque sé que duele,
porque yo también lo siento.
Y es que cada vez que vuelvo a casa te busco por si has decidido venir y no decir.
Que no intenten entender cómo se siente tenerte otra vez al lado, que ni
siquiera traten de comprender todas las locuras que haré, que sólo te
miren, y que me digan que no eres tan mío cómo yo tuya.